Bill
es un descendiente de los númenóreanos que otrora poblaran la floreciente
Tharbad, o al menos eso asegura él. Y ya desde muy niño le inculcaron
esa filosofía, y está empeñado en que vuelvan esos tiempos.
Bill es carnicero, pero tiene alma de político. Muchos dicen que sería un
buen alcalde, ¡el que necesita Tharbad!-gruñen los más viejos del lugar-¡Ya
está bien de alcaldes pusilánimes! Y Bill ha llegado a creérselo.
Y en parte tienen razón. Por eso Bill está pensando en presentarse a alcalde
en breve. Sí es cierto que muchas personas, incluídas algunas de cierto
renombre, le tienen por un matón y un facineroso, pero también es
cierto que la mayoría le tiene por alguien influyente que ama Tharbad, incluso
por alguien respetable. Y son esos los que le pueden dar la mayoría por
mucho que se empeñen otros en boicotear su campaña.
Su problema quizá sea que está demasiado confiado (aunque creanme, tiene
razones más que suficientes para estarlo) y que sea demasiado racista, xenófobo
y alterable. Más de uno ha probado sus cuchillos por haber tenido algún
roce con él.
El líder de los dunlendinos, su enemigo, y del que ya no recuerda
el nombre, sólo que le llaman 'El predicador', es una de las razones
de su existencia. Desea matarlo tanto como el otro desea matar a Bill. Todo
lo que el carnicero ama la ciudad odia a los inmigrantes, encarnados sobretodo
en los dunlendinos. Y eso se traduce en pequeñas trifulcas, altercados,
crímenes y sobretodo en cruentas guerras callejeras. Y sólo
el gran número y la bravura de los hombres de 'El Predicador' hace
que no caigan ante el poder del carnicero, que aunque no sea un príncipe
tiene casi tanto poder como estos.
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